Sumario Junto con el aumento en interés en estudios de género en las últimas décadas ha sido la acusación de que una agenda de lo "politicamente correcto" está en juego en estos esfuerzos. Metodologías que se enfocan en género han cambiado fundamentalmente los estudios mesoamericanos tanto en arqueología como en antropología y ciencia política. Sin embargo la acusación es hecho que como en el caso de "Afrocentrismo" (del tipo más doctrinario) esto puede resultar en un tipo de "post-hoc-ismo"--un término de ciencia política que quiere decir forzar los factos del "archivo histórico" a caber a dentro de una agenda política de hoy. De una manera menos agresiva pero semejante una acusación de "innecesidad" es hecho. Como comenta Joyce en este debate, "Esa acusación surgiere que hay una cierta calidad innecesaria en cuanto a investigación sobre género." Los ponentes se enfrentan con este asunto y también con el asunto de lo que se puede realizar a través de un modo de plantear con foco en género que no se puede lograr de otra manera (por ejemplo como investigación contemporaneo de género ha alterado disciplinas tal variadas como arqueología, estudios religiosos, estudios cosmológicos pre-colombinos, o estudios étnico-medicales. Los ponentes proponen unos avisos y condiciones sobre estudios de género, estando de acuerdo en general de que género es relacional y por mayor parte socialmente construido y mediado--que no se puede investigarlo en un vacio. Como senala Conkey, "Antes que nada, no creo que sepamos aún lo que en realidad significa "politicamente correcto." Para alguna gente puede significar que todos los oprimidos están recibiendo lo que merecen, y ésto, por supuesto, incluye a las mujeres. Bién, las mujeres no son las únicas que tienen género. El género es una relación construida. Lo que puedes llamar género, es decir tu noción de quién eres a partir de la intersección de tu sexo biológico y la construcción social y el desenvolvimiento de quién eres, esta determinado en la relación con otras personas, otros hombres, otras mujeres, otras formas de género. Por lo tanto, el género no es algo con lo que naces, siempre es una negociación." Otro aviso importante expresado por Gutmann es que nociones "engeneradas" de división laboral varian mucho a través de los años y a dentro de grupos--"Si existe una división laboral en el hogar, esta no es automaticamente desigual simplemente porque una persona cocina y otra corta la lena. Tiene que ver con quién toma las decisiónes, con la responsabilidad en general, y tiene mucho que ver con las actitudes de la gente involucrada--cómo ven ellos su situación." Muchos de los ponentes avisan contra la tendencia hacia argumentos "totalizadoras" y "esencializadoras" que limiten intrepretación a un factor y que no permiten las ambigüedades y dualidades que el archivo arqueológico-histórico demanda. Esas tendencias pueden incluir, por un lado, por ejemplo, el impulso de asignar un género a un artefacto desde un punto de vista contemporaneo (se descubre una espada, se pregunta, "quien lleva espadas?", hombres llevan espadas, ergo es un artefacto masculino) hasta el otro lado de subestimar o sobrestimar el poder de, digamos, mujeres en una sociedad dada--de interpretar desequilibrio como si fuese todo en una dirección o otra, como si fuese total. Lopez-Austin dice de los Mexicas, "Evidentemente encontramos una sociedad en la cual el papel de la mujer era altamente avaluado, hasta el punto de considerar que no era posible la existencia equilibrada del cosmos sin la participación de fuerzas que eran consideradas femeninas. Ésto, sin embargo, no debe llevarnos de ninguna manera a la idea de un equilibrio de cincuenta por ciento de importancia para las fuerzas masculinas y cincuenta por ciento para las femeninas. Digamos que, basados en el valor de los símbolos numéricos, se puede deducir la proporcionalidad de lo masculino y lo femenino en el cosmos: hay el trece como número que representa lo masculino y un número menor, un nueve, para lo femenino." Kellogg, Brumfiel, Conkey, y Gutmann discuten el problema de interpretar el "archivo visual" (codices, estatuaria, estelas, cementerios, etcetera) en aislamiento. Como dice Kellogg, "Tan pronto empece a trabajar con las fuentes primarias del centro de México, encontré documentos en relación con las mujeres por todos lados. Pero la academia no parecía reflejar la participación de las mujeres que yo comenzaba a ver. Una de las primeras pistas que me dio algo que pensar fue cuando trabajé con el código florentino y vi que las pinturas--las imagenes visuales--no coicidían siempre con el texto escrito." Desde luego, éste es el tema central de todos los ponentes--que las apparentes discontinuidades son así de importancia que las continuidades. En adición, por ejemplo, si las representaciones de mujeres en estelas representan "ganadores," élites, que puede ser inferida o atribuida de la vida cotidiana de mujeres (o hombres) masas de estas mismas estelas? Cuáles otras formas de evidencia se necesita para interpretación y con qué peso? Los ponentes proponen género como un otro (no el único) lente para dar vista al pasado. Pero ésto implica variar un poco de previos modelos "científicos" reducionistas. Ésto puede ser resumido mejor por Joyce quien dice, "Hay toda una otra manera de pensar en mejores explicaciones científicas. Y ésto es que mejores explicaciones son ellas que acercan más a lo que se llama "lo suficiente empírico," que quiere decir que los argumentos parecen como las cosas que intentan explicar."